No es ningún secreto que el aprendizaje de cualquier idioma requiere un enfoque global para obtener los mejores resultados. No basta con aprender las reglas, hay que entender y sentir cómo funcionan en el habla viva. Leer, escuchar y hablar contribuyen a ello. Qué beneficio puede ser de la lectura de la literatura rusa, te lo contamos con el ejemplo de la obra del clásico ruso Antón Chéjov.
Leemos a Chéjov y mejoramos nuestro ruso
A título de referencia: Antón Pávlovich Chéjov (1860-1904) es uno de los escritores rusos más populares y queridos en Rusia y en el mundo. Sus obras se han traducido a más de 100 idiomas. Las obras de Chéjov forman parte del repertorio de los principales teatros del mundo y también son representadas por grupos de cámara. A lo largo de 25 años de trabajo creativo, el maestro escribió más de 500 obras: cuentos, novelas y obras de teatro.
Un rasgo característico de la prosa de Chéjov es que los personajes que describe son gente corriente, y los acontecimientos pueden calificarse de ordinarios con total certeza. Chéjov pertenece a la categoría de escritores cuya obra no ha perdido relevancia ni siquiera hoy en día. La gente completamente corriente, con la que es tan fácil asociarse, se enfrenta a las circunstancias de la vida más ordinaria, con un ligero ajuste al contexto histórico. Las obras de Chéjov están impregnadas del humanismo característico de la literatura rusa en su conjunto, lo que explica en parte que resuenen tan vivamente en el corazón del lector, independientemente del idioma que hable.
El lenguaje accesible de la prosa de Chéjov puede ser comprendido por estudiantes de muy diverso nivel, desde elemental hasta avanzado. En el transcurso de la lectura, es conveniente comprender las reglas individuales y las normas lingüísticas.
La prosa de Chéjov es adecuada para el trabajo independiente. En el texto de novelas y relatos encontrarás maravillosos retratos de personas, rasgos de carácter captados magistralmente, así como muchas descripciones sutiles de la naturaleza y sus estados. Y los relatos cortos de humor, por ejemplo, El Gordo y el Flaco, Apellido de caballo, El intruso, La alegría, también pueden ser una fuente de diversión y un humor maravilloso.
Las obras de Chéjov se han traducido a muchas lenguas de todo el mundo. Y esto puede facilitar aún más la comprensión y el trabajo con el texto original. Se puede añadir la audición a la lectura, basta con elegir un audiolibro o una obra de teatro en audio.
Traducción + texto original + versión audio + debate sobre la obra = inmersión total en el idioma y el carácter rusos
Y por último, a menudo los estudiantes entusiastas declaran su deseo de leer a Chéjov en el original tanto como a Dostoyevski. Y es un buen objetivo. Pero en los niveles A-B, es mejor empezar con literatura más accesible, comprensible, sencilla y breve. Afortunadamente, hay mucho donde elegir. Y luego puedes ponerte a leer Los demonios, de Dostoyevski, o Guerra y paz, de Tolstói.
Continuando con la rúbrica habitual El ruso como lengua extranjera, tenemos previsto hablar de la riqueza de la lengua, así como de las reglas particulares, momentos difíciles, ejercicios para reforzar la pronunciación y las normas lingüísticas, así como de literatura y música que pueden ayudarte a aprender el idioma.
Si estás aprendiendo ruso como lengua extranjera y te encuentras con algún fenómeno lingüístico extraño y/o incomprensible, escríbenos a dir@hedclub.com y te explicaremos y aclararemos el problema.